A decir de Federico Arreola y Luis Mandoki, productor y director de un documental acerca de la democracia en México y el movimiento social de Andres Manuel López Obrador desde los días del desafuero, la guerra sucia, el fraude, la imposición y la presidencia légítima estuvieron en pláticas varias para que la Warner Bros en México distribuyera el material... El de la Warner dijo que tenía que quitar, entre otros, los nombres de Bernardo Gómez y de Emilio Azcárraga Jean, presidente y vicepresidente de Televisa, si quería que lo distribuyeran, porque son socios de Videocine (empresa de Televisa). El director de Videocine agregó que no le convenía hacerlo si no quería perder hasta la chamba. El director de la Warner Bros en México se llama Juan Manuel Borbolla y fue el que dijo todo esto.
Juan Manuel Borbolla dijo además que los de Cinemex estaban dispuestos a programar el documental, pero Alejandro Ramírez, uno de los propietarios de Cinépolis dijo que ni madres. que es amigo personal de Felipe Calderón, y que no podía exhibir una película que lo cuestionara.
No me queda duda de que los tentáculos de los amos y señoritos, dueños de la mayoría de los medios masivos de este país ¨libre¨ o sea Televisa, hagan todo lo posible por evitar que se exprese libremente en los negocios de sus compadres, máxime si lo que dicen es la verdad y no está la avejentada cara de López Dóriga para sostener lo contrario.
Lo que me parece peor, lo deleznable, es que un medio cerrado que no es concesión, le tenga miedo al gobierno. Y más cuando se han exhibido en sus pantallas, documentales tan honestos en festivales como Ambulante. Si lo que dice Federico Arreola es verdad acerca de las declaraciones de uno de los dueños de Cinépolis a un director de Warner Bros, entonces en lo personal no me quedará más que, como consumidor, reservarme el derecho a comprarles nada (y yo soy usuario frecuente, por así decirlo). Si Cinépolis es capaz de esto, de callarle la boca a una opinión, a la libre opinión de la tercera parte de este país, entonces yo no tengo porque acudir a ver ni una sola película en sus salas. Preferiré entonces la competencia.
Y si la Warner México se echó para atrás al último momento, pues no me queda más que no ver ni una sola cosa de los que produzcan, distribuyan o exhiban. Ni en televisión por cable, ni en sus productos, ni nada que tenga el legendario logo WB.
Qué falta de testículos tienen, señores distribuidores y exhibidores. Si a Michael Moore lo vetaran de esta forma, ya lo tendrían encima. Aquí, acuérdense que hay un movimiento de Resistencia y que no sólo logra convocar gente conciente, sino que es capaz de que con estos argumentos tán evidentes, no les consuman ni por error uno sola pieza de mercancía. Allí es en donde les duele, ¿no? ¿En el bolsillo?
Si alguien importante, empresario de las cadenas antes mencionadas, lee esto, aunque sea por equivocación, lo invito para que se libre del miedo al gobierno, espurio de raíz, y que se liberen de una vez por todas de ese grillete que se llama Televisa. Ustedes se deben al consumidor, común y corriente como yo, que aplaude siempre que no se censure nada, le cale a quien le cale, como Blockbuster o hasta Sanborn´s que no temen ofrecer creaciones que evidencian a la iglesia católica, el funesto gobierno de Bush o la serie de documentales ¿Quien es el Sr. López? O los libros sobre el fraude del 2006.
Fájense ya, señores, pongan el ejemplo.
Juan Manuel Borbolla dijo además que los de Cinemex estaban dispuestos a programar el documental, pero Alejandro Ramírez, uno de los propietarios de Cinépolis dijo que ni madres. que es amigo personal de Felipe Calderón, y que no podía exhibir una película que lo cuestionara.
No me queda duda de que los tentáculos de los amos y señoritos, dueños de la mayoría de los medios masivos de este país ¨libre¨ o sea Televisa, hagan todo lo posible por evitar que se exprese libremente en los negocios de sus compadres, máxime si lo que dicen es la verdad y no está la avejentada cara de López Dóriga para sostener lo contrario.
Lo que me parece peor, lo deleznable, es que un medio cerrado que no es concesión, le tenga miedo al gobierno. Y más cuando se han exhibido en sus pantallas, documentales tan honestos en festivales como Ambulante. Si lo que dice Federico Arreola es verdad acerca de las declaraciones de uno de los dueños de Cinépolis a un director de Warner Bros, entonces en lo personal no me quedará más que, como consumidor, reservarme el derecho a comprarles nada (y yo soy usuario frecuente, por así decirlo). Si Cinépolis es capaz de esto, de callarle la boca a una opinión, a la libre opinión de la tercera parte de este país, entonces yo no tengo porque acudir a ver ni una sola película en sus salas. Preferiré entonces la competencia.
Y si la Warner México se echó para atrás al último momento, pues no me queda más que no ver ni una sola cosa de los que produzcan, distribuyan o exhiban. Ni en televisión por cable, ni en sus productos, ni nada que tenga el legendario logo WB.
Qué falta de testículos tienen, señores distribuidores y exhibidores. Si a Michael Moore lo vetaran de esta forma, ya lo tendrían encima. Aquí, acuérdense que hay un movimiento de Resistencia y que no sólo logra convocar gente conciente, sino que es capaz de que con estos argumentos tán evidentes, no les consuman ni por error uno sola pieza de mercancía. Allí es en donde les duele, ¿no? ¿En el bolsillo?
Si alguien importante, empresario de las cadenas antes mencionadas, lee esto, aunque sea por equivocación, lo invito para que se libre del miedo al gobierno, espurio de raíz, y que se liberen de una vez por todas de ese grillete que se llama Televisa. Ustedes se deben al consumidor, común y corriente como yo, que aplaude siempre que no se censure nada, le cale a quien le cale, como Blockbuster o hasta Sanborn´s que no temen ofrecer creaciones que evidencian a la iglesia católica, el funesto gobierno de Bush o la serie de documentales ¿Quien es el Sr. López? O los libros sobre el fraude del 2006.
Fájense ya, señores, pongan el ejemplo.
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