Dedicado en su integridad a Frida Landa (my wife) con todo el corazón. Este blog está cerrado, disculpe las molestias :)

lunes, noviembre 24, 2003




La VIDA es OTRA cosa
no sé exactamente qué
pero un día un poeta se pone a disfrutar la vida
se da el derecho divino de quedarse viendo
una lluvia de naranjas
untándose un bálsamo de mandarinas
mientras, allá arden Sodoma y Gomorra
y enciende un cigarro con la hoguera humana gigante.
"A REIR TODO EL MUNDO, YO INVITO!"
Son sus últimas palabras, las primeras.

viernes, noviembre 14, 2003

La Ciudad Elefante


Todos conocemos a la monstruo que nos da de comer. Y no dudamos en escupirla. Exhibimos sus deformaciones. Nos regodeamos en mostrar la miseria del lugar que habitamos. Y nos da prestigio mostrar las llagas que la aquejan. Somos el Bytes que llevaba de tour al redituable Hombre Elefante.

Decimos lo que le pasa, mostramos indignación. No dudamos en colocar en nuestras muritos virtuales: Yo exijo esto, yo exijo lo otro. ¡Por favor! Repentina sangre de luchadores sociales tienen, desde su palco preferencial, teclado en los dedos y World Wide Web. Habrase visto circo tan triste.

Pero está bien. Todos necesitamos de una bandera para sostener nuestros ácidos. Los ácidos de nuestra mediocridad e imbecilidad. Todos llevamos un showman en nuestro esqueleto. Necesitamos nuestro público. Nos inventamos actos de malabarismo intelectual de mierda para mostrar lo peor de esa criatura. Pasen y vean a La Ciudad Elefante: ¡Por unos centavos yo les digo por donde le brota la sangre, a que horas caga, que es lo que traga!

Menuda basura. A eso le llamo luchar, para ayudar a la monstruo (como la han clasificado, ya, todos los que tienen fotos que mostrarles). Me recuerda al joven que ayuda a una anciana, empujando su silla de ruedas entre los carros, para vender chicles: gracias hermano, pero no la ayudes tanto… Y a la revista Alarma: mostrar los órganos de un descuartizado ayuda tanto a resolver el crimen.

Gracias Señor Editor, gracias Feminista Incansable, gracias Político en Campaña, gracias Hombrecito Gris con Reflectores, gracias Poetastro. No tienen idea de cuanto se agradece nuestra valiosísima colaboración para seguir alineando espectadores.

La función comienza temprano. Con suerte, y la ven orinarse en los pantalones. ¿Quieren ver exactamente en donde le duele? Si le pico de este lado como que llora, y si le pico de este otro, como que se revuelca del dolor.

¡Pasen, pasen a ver al monstruo!


Broadway and 103rd Street
New York
1954-55

© William Klein



domingo, noviembre 09, 2003

Morfología de El Hombre Elefante

Al hombre lo han deformado la religión, la patria, los padres. Todo lo que se pueda considerar sagrado, es en realidad la maquinaria de mutaciones del ser humano.

La niñez suele ser la etapa más feliz del hombre pues se vive en un estado de completa fascinación por las cosas sencillas. No hay dogmas, ni reglas, ni siquiera derechos. Ni libertad. Todo viene natural. El amor es un estado de ánimo que viene y va tan fácilmente. No hay rituales de conquista y apareamiento, ni moldes de estúpida fisura construido solo de fósiles que nos endilga el catecismo, los buenos modales, la escuela.

Pero las artimañas están allí para aprenderse. Es mejor (idealmente) que sobreviva un niño entre lobos, que un montón de mocosos corrompidos por la burguesía, Señores de Todas las Moscas.

La deformación del hombre no es visible, ni siquiera ósea o fibrosa. No es física pues. Es mas profunda. Es una tumoración del alma, una llaga roja en el alma. Si tal cosa existe, o nos es añadida con la circuncisión, el bautismo o alguna otra santa patraña.

El niño no tiene forma, pero tampoco es un deforme. Un deforme monstruoso no. La monstruosidad nos es herencia. Aun cuando las intenciones sean buenas, hay algo de malévolo en esos actos de bondad. Como una especie de venganza con piel de cordero. Cordero de Dios…

El sacrificio en nuestros actos es egoísta, no corresponde a actos de Santidad. Si no a la constante satisfacción de nuestra voracidad. La voracidad de pertenecer, siempre pertenecer. Obtener. Ganar. Saciar.

Pero la desgracia siempre está allí. Maravillosa y purificadora. La desgracia es la única sustancia que puede acercarnos a aquella inocencia. Toda pérdida nos recupera. Hablo de una desgracia natural, que afecta el amor más sensato que podamos sentir. No me refiero a la desgracia que nos es regalada, editada y musicalizada en los noticiarios. Sino a la desgracia más íntima y personal.

En Joseph Merrick, El Hombre Elefante, esta desgracia era evidente. Por ello era más humano que cualquier hombre con las partes del cuerpo en su sitio y justa dimensión. No quiero decir que los deformes físicos sean buenos. La bondad no existe. La bondad es otro invento que sirve para hacernos llorar en las películas, hacernos de votantes o méritos sociales. Yo hablo del instinto más primigenio, y el único verdaderamente humano. Dice Vicente Quirarte, El hombre, / ese animal que llora a sus criaturas. Porque con la muerte (la desgracia más natural) algo nos es arrancado. Algo que no sabemos que es. Pero que nos deja mutilados. Inocentes, temblando, como recién nacidos. Como el primer gesto de amor maternal del que sabemos… antes de que suceda la inevitable fatalidad de rebajarnos a la más ínfima de las categorías.

martes, noviembre 04, 2003


I want to hypnotize you baby
On the telephone

So many times I called your house
Just to hear the tone
And though I knew you weren’t home
I didn’t mind so much ’cause I’m so alone
I want to hypnotize you baby
On the telephone

(The White Stripes, Hypnotize)


*
Lo ha dicho Holden:

**
Al final del primer acto salimos con todos los cretinos del público a fumar un cigarrillo. ¡Vaya colección! En mi vida había visto tanto farsante junto, todos fumando como cosacos y comentando la obra en voz muy alta para que los que estaban a su alrededor se dieran cuenta de los listos que eran.

***
Lo mas gracioso es que tenia al lado a una señora que no dejó de llorar en todo el tiempo. Cuanto mas cursi se ponía la película, mas lagrimones echaba. Pensaran que lloraba porque era buena persona, pero yo estaba sentado al lado suyo y les digo que no. Iba con un niño que se paso las dos horas diciendo que tenía que ir al baño, y ella no le hizo ni caso. Solo se volvía para decirle que a ver sui se callaba y se estaba quieto de una vez. Lo que es esa, tenia el corazón de una hiena. Todos los que lloran como cosacos con esa imbecilidad de películas suelen ser luego unos cabrones de mucho cuidado. De verdad.

****
(J.D. Salinger, Catcher in the Rye)

*****
(Para mas de estas sutilezas visite al nuevo y desmejorado Hombre Invisible)



Catcher in the Rye (de J.D. Salinger) Buscando en internet ilustraciones sobre este libro, encontré (primero sobre los motivos de Mark David Chapman encontró en la obra para matar a Lennon en 1980) que El Guardian entre el centeno, causó desde 1951 una profunda marca en la imaginación colectiva norteamérica. Además, encuentro sitios dedicados a la discusión de los móviles de la trama del adolescente que vaga por las calles de Nueva York completamente solo, luego de ser expulsado de su escuela.

Y no solo eso, se discute el porque de Holden es un cascarrabias en su discurso cuando se trata de criticar a la gente que se atraviesa en su camino: yo podría responder fácilmente: porque la gente solo sirve para odiarse. Habrá algunas personas que amemos, o que de verdad nos produzcan simpatía. Existirán las personas a quién creemos conocer hasta que un día empieza con intenciones ocultas que de pronto se revelan. O porque son como son desde que las conocemos. Unos verdaderos imbéciles.

Holden recorre la ciudad preguntándose a donde demonios se van los patos en invierno. Fumando. Bebiendo ilegalmente. Lidiando con toda suerte de humanoides. Pensando en Phoebe su hermanita. En su hermano militar muerto. Y el otro hermano escritor que vende su alma al mismisimo Mefistófeles hollywoodense.

Holden duerme en el parque. Holden sin un centavo. Holden acosado. Holden el sensato. Hoden durmiendo en el parque. Holden y las mujeres. Holden y el odio al cine. Holden el virgen. Quizá por eso a la sociedad gringa le cueste tanto entender las razones del personaje de Salinger: las cosas no pueden verse desde adentro como se ven desde fuera. Holden no se adapta muy bien al modelo de típico adolescente.

Holden es un marginal caminando en el mismo corazón del mundo. Y descubre que el mundo no es un sitio cordial. Que es un mundo fundamentalmente esnob y frío. Y que la inocencia no existe. Si de Holden Caulfield dependiera salvar a la humanidad, solo salvaría a los niños. Los sujetaría antes de caer al precipicio que cubre y hace invisible el centenal. Como el fragmento del poema de Robert Burns que el mismo adolescente narra (mal) a Su hermana menor. Pero bueno tampoco es un libro apocalíptico, ni mucho menos. No es más que una historia sobre un adolescente que se enfrenta a la pérdida de la inocencia.

Como esto. Que se volvió la mar de divertido desde el momento en que empecé a escribirlo con lentes, me puse el chaleco de cuadritos, encendí mi Lucky Strike y me bebí un whisky-on-the-rocks...

sábado, noviembre 01, 2003



El fondo de este nuevo (otra vez) template es del pintor realista estadounidense Edward Hopper (1882-1967). Este cuadro de 1942, Nighthawks representa una de esas escenas que viven en mi subconciente. Desde el edificio rojo del fondo y el local vacío de la planta baja, la oscuridad de su interior para volver a ver ese rojo que ilumina la luz que refleja la cafetería Phillies; la esquina con su calle solitaria, me provoca una sensación de vacío pulcro (all-american-way), como las primeras horas de la madrugada, o un atardecer invernal. El color verde del lugar provoca una sensación de pasividad frente a ese rojo exterior.

Y el mismo lugar al que inunda la luz eléctrica es un hueco de comunión entre los tres, al parecer solitarios neoyorquinos: y son ellos los que dibujan un enigma: ¿la mujer enciende un cerillo?, el hombre junto a ella parece estar y no estar con ella; el tendero tras la barra, ¿charla con el? ¿o que observa? el hombre de espaldas, ¿que ve? Es el personaje mas misterioso por lo distante...

El vacio de la pared que vemos atraves de los ventanales, la puerta amarilla, las máquinas y los asientos desocupados, son un vacio también pulcro, pero además plácido. Casi puede uno sentir las corrientes de aire acondicionado y el olor a café, y unas inmensas ganas por suponer que algo ha de suceder repentinamente. Y que nada, absolutamente nada, sucederá jamás.

(Gracias al Solzimer por recordarme este cuadro.)