Ni Felipe Calderón, ni Roberto Madrazo representan la solución a la realidad de este tiempo. Mientras que el primero es la promesa de continuidad del fracaso de país que somos, que no garantiza ni los mas fundamentales derechos humanos, ni la posibilidad de que ningún pobre, ni uno solo, logre salir de su fangosa situación. El segundo ya no representa nada, ni siquiera su propio pasado. Ambos usan la retórica mas vil de que por sus pantalones (si es que los tienen) cambiarán la situación mas dura, la real, la que uno ve diario: mafia, corrupción, corporativismo, marginación, privilegios: pocos tienen mucho y muchos no tienen nada.
Andrés Manuel López Obrador es el único candidato que habla de cosas reales, de planes de trabajo textuales y de lo que mas miedo les da a los poderosos, que no son los desvergonzados en el poder, los que ganan cientos de miles de pesos por no hacer nada (porque no hacen ni madre) sino los dueños de las corporaciones que se sirven con la cuchara grande, los que hacen lo que les da su chingada gana con este país porque son los que mantienen las ruines campañas del Partido Acción Nacional. Hoy, hoy, hoy por mí, mañana por ti.
Andrés Manuel López Obrador es la verdadera opción, la alternativa, el que ya desde antes de su postulación era blanco de ataques, de la guerra sucia orquestada por el analfabeta funcional Vicente Fox, el de la derecha más siniestra que se haya visto jamás. Maquiavelo debe estar haciendo fiesta en el infierno. Qué burdos, qué mediocres, qué descerebrados. Ni siquiera son inteligentes (no les interesa serlo), ellos se curan en (su) salud y quieren seguirla, quieren seguir montando el caballo Miseria, quieren seguir dando vueltas en su carrusel. Si yo fuera de derecha, me daría lástima, me daría vergüenza mi familia, la que en México me representa.
Andrés Manuel López Obrador es aquí y ahora la cara mas fiel de la izquierda moderna, la del verdadero cambio, este cambio que se esta dando en América Latina y que amenaza verdaderamente la crueldad mundial, imperialista, racista, devastadora, loca. Solo hay que ver como han (dis)funcionado los conservadores en Estados Unidos de Norteamérica, en Francia. Dos países que antes fueron avatares de libertad, congregación de las culturas, en donde se fraguaron las primeras luchas por la democracia, ahora son úteros del encono, parturientas de la pobreza, la desigualdad, el ataque mórbido a los otros, a los que son diferentes y que son, además, ataques a la humanidad.
Yo no estoy conforme con mi realidad, no estoy conforme con el gobierno de Vicente Fox y no lo está la mayoría. No estoy conforme con sus elucubraciones para que todo parezca menos grave, ni estoy conforme con la desfachatez (vergüenza le debería de dar) con que se dirige al pueblo, ni en su discurso, ni en sus programas de asistencia social. No creo en que el haya cambiado las cosas en este país. No es héroe de la causa de la lucha por la libertad de expresión, ni por la transparencia de las instituciones. El aterrizó en el momento justo en que la lucha por la democracia no podía suspenderse más. El fue un arribista producto del marketing más caro, el sentimentalismo más barato y el apoyo de sus amigos muy poderosos. Fue un arribista de una ardua batalla que moralmente ha ganado la izquierda, la que hoy conocemos como Partido de la Revolución Democrática (que no se la jale el grisáceo Calderón diciendo que el PRI y el PRD son primos hermanos, porque comienzan con las mismas iniciales).
Andrés Manuel López Obrador si representa algo real, representa la voz política de los que estamos hartos de que los ricos sigan hinchándose los bolsillos a costillas de los miserables, de los que tienen chambitas, del surtidero de esclavos a los Estados Unidos, de los que ganan demasiado, demasiado cuando en sus distritos se destila humillación, narcomenudeo, infrahumanidad. Del Estado que pendejea a los indígenas, que ayuda a los caciques, que no le importa la tala inmoderada de bosques, ni PEMEX, ni los altísimos costos de la energía (a ellos no les preocupa cuanto cueste nada, a ellos los mantenemos nosotros). Hace falta ya un gobierno austero, que se apegue a la realidad de México, que dirija el rumbo hacia un camino en que México se sostenga por México, en donde no haya abismos de clase, ni intereses creados. Donde la protección no solo sea al peso, sino a la gente que batalla todos los días por conseguirlo, y porque la distribución del dinero sea mas justa.
No caigas en el error de creerle al nuevo PRI que es el PAN. Saca ya del poder a esta vergüenza de gobierno. Arráncale tu capacidad de discernimiento y toma la decisión mas inteligente y la que no quiere Fox que tomes: VOTAR POR ANDRES MANUEL LOPEZ OBRADOR, VOTAR POR LA COALICION POR EL BIEN DE TODOS.
