...y llegaron cateando nuestro hogar.
La Ley Gestapo, esa infame reforma judicial, según he leído consta de joyas dignas de la corona de Stalin y se quedan cortas frente al Gran Hermano orwelliano, 1984.
La policía, con las iniciales que a tí te gusten -PFP, CIPOL, AFI, la municipal, etc - podrá entrar a nuestra casa.
BIENVENIDOS!
Qué tiene eso de malo? Si a cada rato eso pasa, no dicen en la tele? No salen las señoras al borde del colapso porque de buenas a primeras llegan unos encapuchados encañonados y poco cortésmente a desordenar lo que tanto cuesta a las explotadísimas amas de casa ordenar, y luego sacar de los pelos a los hijos en calzones, nomás porque creen que son capos de algún cartel pero que su casa de palos y cartón, es una mascarada?
Claro. Eso pasa, a veces. Frecuentemente, mucho más de lo que debería pasar. Nomás que la diferencia es que ahora se ampararán en ese librito que piden en la secun. Como se llama? Ah sí... CONSTITUCIÓN.
Ahora, será deber de los polis entrar a tu casa, buscar pistas o sembrarlas - ah, el campo de batalla de México es un campo ganador - si es que llegan a sospechar cualquier cosa de tí. LO QUE SEA. Y luego detenerte hasta cuarenta días - la referencia jesusiana es necesaría, porque semos católicos y retecristianos, no?
Y lo más chidota es que durante ese tiempo te podrán tener completamente incomunicado. Genial.
Y también cualquier hijo de vecino puede detenerte y retenerte si es que a su ver te agarra con las manos en la masa.
Está suave, que no? El estado inquisidor viene llegando, viene, viene, quebrándose, tuérzace a LA DERECHA, eso, así. Listo!
Ora sí: a cazar brujas!
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