Sinfonía Agridulce
Regalo masking tape para las bocas que hablan demasiado. No quiero decir que yo no lo vaya a usar.
Esto de decir y decir y decir se hizo… ¿para quienes exactamente? ¿A quien le interesa? ¿Crees que a alguien le interesa lo que piensas? ¿Cuando hablas de tu cotidianeidad, de tus reglas, de tu blog? Claro que no. Te interesaran dos o tres, a lo mucho.
Jóvenes incomprendidos. Chismosos. Lavanderas. Ociosos. Payasitos. Amargados. (Yo quepo en todas las clasificaciones anteriores). Me quejo de mis vecinas por ser las arpías que son. Y yo aquí estoy contándote…
Es oficial: odio mi vida.
No puedo luchar contra nada porque ni siquiera tengo la fuerza de luchar contra mí. Y mira que desprecio bastantes aspectos de mi ser.
¿Dónde está el buen humor cuando se le necesita? Ah si. Le acabo de cortar el cuello con el filo de una hoja de papel.
Pero que cursi soy.
Ten una pistola y úsala para matar a este pinche, patético elefante enclenque, desabrido. O presta, yo lo hago solo.
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