La emancipación para toda una nación.

El triunfo de Obama representa más, mucho más que el triunfo de un demócrata sobre un desgatadísimo partido republicano. Y ya se habrá escrito mejor de lo que intentaré yo. El triunfo de Obama, un afroamericano, hijo de padre negro y madre blanca, divorciados, más bien pobres es algo tán grandioso que sobrepasa el éxito personal de un solo hombre: es la cumbre de una lucha por una raza condenada por los ricos, poderosos y religiosos a la esclavitud. Misma que legalmente comenzó a destruir Abraham Lincoln pero que ideológicamente no culminó hasta la misma noche de ayer. Claro que idéas estúpidas, infundadas, habrá siempre en las mentes retorcidas de algunos que se sienten superiores; señoras y señores, hasta aquí llegaron sus prejuicios. Lo que sigue es la educación de los más jóvenes, los que apenas vienen, mentes que pueden ser moldeadas por una educación libre, laica y científica, sin ataduras religiosistas, clasistas, ni racistas. En Bolivía, Evo Morales, un indígena preside el gobierno, igual que en México Benito Juárez lo fue hace 240 años. El mismo Lincoln nunca recibió una educación universitaria, igual que Lula, presidente de Brasil. El ascenso de los oprimidos es justo y necesario. No puede permitirse, nunca otra vez, que los intereses de unos pocos, arruinen el destino de pueblos enteros. No podemos permitir que los intereses creados aplasten el bien común. No podemos dejar que se creen falsos preceptos para iniciar una guerra sin fín, dentro y fuera de los límites territoriales. No se requerirá otra voz sino la de la gente, la del consenso. Que se acaben los lujos, el banquete de los ricos y la hambruna de millones. Que todos cuenten con lo básico y se acceda a la educación y a la movilidad social. Sin trampas. Que así se acabe la mediocridad de los criminales fuera, pero sobre todo dentro de la ley. La esperanza emana esta vez del norte. Ojalá se acabe también la esclavitud de los latinoaméricanos dentro pero sobre todo fuera de los Estados Unidos, en cada una de nuestras tierras.