Monstruo Número 2:

CACA, MI AMOR

Estudios coprológicos-históricos recientes señalan que el hombre ha ingerido caca desde sus primitivos orígenes, según recientes descubrimientos del Shit Research Center de la Kats University.
Tal hallazgo se venia intuyendo desde el descubrimiento de los dibujos prehistóricos rupestres, encontrados en la cueva oculta de Reuteksborg en la zona Vunderika de Leoshmukstein, donde se ilustra una pequeña serpiente enroscada al lado de un bisonte muerto, y a un grupo de figuras humanas comiendo tal “serpiente”. Algunos creyeron que efectivamente aquello era un reptil, pero otros no conformes supusieron que efectivamente se trataba de una cacota.
Lo que hizo a los científicos concluir la coprofagía de nuestros antepasados fue el hecho de que no se han descubierto coprolitos humanos en el área geográfica en donde se han encontrado residuos de todas las especies animales que allí cohabitaban, excepto humanas.
La coprofagía según estudios antropológicos es muy común en nuestros días aseveraron sociólogos de la Kats University. La mayoría de los coprófagos ocultan sus gustos escatológicos, pero muchos son productores de la industria mediática actual. Un ejemplo televisivo fue el primer titulo que tuvo el famoso programa de dramas femeninos, el cual era “Mujer, Cacas de la Vida Real”. Otro ejemplo pero en el mundo literario fue la famosa creación de Gabriel García Márquez “El Coronel No Tiene Quien Le Escriba” en cuyo final se planea la ingesta de mierda, dio argumento suficiente a García Márquez para escribir su segunda parte: “El Coronel No Tuvo Quien Le Escribiera, Pero Si Tiene Quien Le Proporcione Un Desayuno Calientito”. Se rumora que el primer escrito de esta obra majestuosa de la coprofagía humana volvió a su origen cuando el ilustre literato ganó el Premio Nobel de literatura, y literalmente se comió sus propias palabras, de la emoción de saberse triunfador…