¿Qué es la guerra?

Para que se efectúe una guerra es necesario que existan dos o más grupos en desacuerdo sobre un tema verdaderamente importante. No, de ninguna manera se puede combatir a los escoceses porque usen falda y no calcen zapatos que le hagan juego. Un tema verdaderamente importante que puede provocar una guerra es, por ejemplo, la higiene. A algunos clanes vikingos, aunque usted no lo crea, les gustaba cagar en retrete, mientras que a otros clanes, se rehusaban terminantemente a cagar. Esta guerra no fue ganada por ninguno de los combatientes, pues unos al no hacer aquella actividad natural explotaban como sapos, y los clanes del retrete se morían del asco.
Otra guerra en que ninguno de los grupos en conflicto ganó absolutamente nada fue la conocida Batalla de las Locas. Pues esta fue provocada por un travestido con personalidad múltiple que jamás se ponía de acuerdo consigo mismo sobre si usar Channel no. 5 o no usar liguero. Evidentemente el conflicto era absurdo, aunque no tanto como cuando se conciliaba consigo mismo en el escenario y terminaba fornicandose.
Ha habido otras guerras absurdas: la guerra de las galaxias, la guerra de los sexos, la guerra de los pasteles. Todas ellas han acabado mal. Con la humillación de unos, condenados a usar zapatos de charol con calcetines blancos o a comer sopas Maruchan por toda la eternidad.
La guerra se debe evitar a toda costa. Por ejemplo, EE.UU. antes de usar cualquier método violento para defender al mundo, extermina a los habitantes de tal o cual región para evitarles los escollos sangrientos de la guerra. O bien, se puede ser todavía más salomónico en la solución, donde dos partes se pelean por una tercera, y un sabio dispone huir de la situación, corriendo desnudo por las calles mientras grita: ¡Se acaba el mundo! ¡Se acaba el mundo! ¡No quiero morir sin haber probado las alcachofas!