Hay un ratón en mi cabeza. En la cocina de mi cabeza hay un ratón. Un ratón hay en la cocina de mi cabeza. Hay en la cocina de mi cabeza un ratón.La resolución: dos cafiaspirinas y agua embotellada. La solución: una trampa megalómana para un ratón que asoma la cabeza por entre las llamaradas de la estufa, calzarme los converse de combate y a empuñar la escoba. Asustar al ratón. Arrinconarlo y perdonarle la vida. Éste soy yo en mi estado más sádico: poner queso en la trampa, justo en el lugar mas acogedor de la estufa. Y esperar. Esperar...
1 comentario:
best regards, nice info »
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