Dedicado en su integridad a Frida Landa (my wife) con todo el corazón. Este blog está cerrado, disculpe las molestias :)

jueves, julio 15, 2004

Cuando nada importa, sino tú, sino yo.

A Frida, de su niño de ojos pequeños =* 
 

El verano trae moscas. Moscas de fuego desafinado. El verano mueve la sangre, de algún modo. En el verano me resulta muy difícil escribir, creo que se debe a toda esa vida que sucede en las calles, a toda esa fuerza humana que bate alas, a ese tornado febril que es la ciudad, que es en las arterias de la ciudad. En el verano las moscas hacen vuelo en línea y luego caos, como aquel mensaje subliminal del Niño Blanco. En el verano sucede todo, todos los sentimientos nacen piel pero siempre infernal. En el verano el sexo, el sol, el canto de aves en el amanecer, y aquella sombra que me abandonó cuando dejé de madrugar. Lo demás no me abandona: todo sístole, todo diástole fluye energía, luz universal, explosión de mil estrellas y tú y yo y nosotros somos focos de 60 watts. Todo cambio de energía nos pone a punto de incendio la resistencia. Pero mira, resistimos. Resiste el cable que transporta tu voz, el beso y la palabra tierna. Resiste, resistimos, nos bebemos de un trago el luminoso flash como de un río silencioso, cristalino, suave. El verano nos prepara para lo que hemos de vivir, para hacer nuevo sol con lo que sigue: otra vida, la vida verdadera, la vida sola, la vida sola con nosotros dos. ¿Qué nos van a hacer la tristeza del invierno, si tú y yo hemos atravesado dos veranos? ¿No nos hemos dado sol cuando hemos estado juntos? ¿Qué nos pueden hacer las moscas tristes de batería alcalina?