YOGA
En la mañana descubro que mi mamá empezó una rutina de ejercicios de yoga. Mi única rutina matinal es oir, desde el cuarto mientras, me estoy despertando, la sexy voz del doblaje al español:
El pie derecho lo pasas hacia delante del brazo derecho, así, muy bien Jim, extiendes el brazo derecho hacia del pie izquierdo atrás de tu espalda, un si esto te molesta la espalda, puedes solo poner la mano sobre la cabeza, mirando hacia arriba, eso muy bien, Ross, ¿te relaja Jim?
Y así variando hasta la extrañeza total, mientras imagino a la más insípida mujer rubia en mallas rosas y bandita púrpura sobre la cabeza, haciendo las cosas más extrañas frente a una cámara:
Cabeza bajo la rodilla, sí Jim, cuello girando sobre tu antebrazo, pie con la punta tocándote la frente, dedos flexionados dentro de la boca.
Cosa de nada. Simples técnicas de relajación. Y es apenas el calentamiento. Imagino a las alumnas de la maestra con su pensamiento más profundo de fuck!-not-this! Y la sonrisa fingida para el video
Easy Yoga For All, que se vende a 9.99 en Wal-Mart.
Eso es Jim, se siente bien ¿no? Y el pobre Jim pensando, Shut up, you flexible witch, y asintiendo con la sonrisa al revés, entre sus muslos.
Pobre mamá, y luego dice que de donde sus reumas y calambres. El deporte perjudica la salud (dijera
Solzimer) y no lo dudo ni tantito. Pero, también perjudica la mente, ¿quién demonios se levanta a las 6 de la mañana para estarse tocando con la punta de la lengua la axila, mientras coloca la pierna derecha sobre su pecho? Esto no estoy seguro si lo escuché en realidad. Lo anterior sí. Incluso el nombre de Jim. Imagino a Jim: un tipo de 40 que se está quedando calvo, rodeado de Mariah, Suzanne, Jessica, y la maestra Norma. Pobre Jim. Seleccionado de un grupo de extras, por su look de gay maduro y estable, castaño, con capacidad de tocarse la nariz con la punta del dedo gordo del pie y tener pancita pero no tanta. Luego lo vistieron con pants verdes ajustadísimos, una playera color pistache, y una bandita azul marino, el pobre Jim. Ni Jim se ha de llamar. Nautilius Loukakopolus es su verdaderro nombre, tiene una esposa, Sheryl B. Loukakopolus y una hija, Ashley Loukakopolus, de 10 años de edad, que cree que su padre es una abogado respetable, con un despacho propio entre las calles Heaven y Paradise de Happytown, en las afueras de Nueva Jersey. Un pueblo feliz con cientos de cipreses a lo largo de la avenida principal.