En el centro está Charlie Brown, ingenuo, terco, siempre torpe y destinado al fracaso. Necesitado hasta un punto neurótico de comunicación y de "popularidad", encuentra sólo el desprecio de las niñas matriarcales y sabiondas que le rodean, alusiones a su cabeza redonda, acusaciones de estupidez, pequeñas maldades que hieren a fondo. Charlie Brown impávido busca ternura y afirmación por todas partes: en el baseball, en la construción de cometas, en las relaciones con su perro Snoopy, en los contactos y juegos con las muchachas. Fracasa siempre. Su soledad se hace abismal, su complejo de inferioridad arrollador (teñido de continuo por la sospecha, que asalta también al lector, de que Charlie Brown no tiene ningín complejo de inferioridad, sino que es verdaderamente inferior). La tragedia está en que Charlie Brown no es inferior. Peor aún: es absolutamente normal. Es como todos. Y por ello marcha siempre al borde del suicidio o por lo menos del colapso: porque busca la salvación según las fórmulas de acomodo propuestas por la sociedad en que vive (...)
It always rains on his parade, his baseball game, and his life.
Todos los derechos reservados por quienes tengan bien derechos los reservados. Y, por cierto, hablando de la Crema Del Real, Linda Rosa se fue con todo y su Corazón de Diamantes a plazasesamo2, allá las esperamos amiguitas para que sigan sufriendo un poco. He ducho!
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