A El “A” lo engaña Ella “B” con Otro “C”. Todo el abecedario lo sabe. Excepto “A”. “A” es un pendejo, pensarán, pues es el único que no tiene puta idea. Pero la verdad es que a el no le valdría “B” si lo supiera. Si lo “C” yo. Ahora “A” y “B” viajan a casa con sus hijos “X” y “Z”. Los hijos nacieron de la siguiente ecuación:
A/B = X
Y más tarde y con la experiencia que dan los años,
B/A = Z
Es indudable el resultado: “X” y “Z” tienen las mismas características que “A”: una cabecita puntiaguda y zambitos, siempre de brazos cruzados. “X” es un poco aeróbica. “Z” es un pequeño engendro que se mantiene dormido.
“C” espera en un rincón apartado de la sociedad conyugal “AB”. “B” visita a “C” y ponen en práctica las ecuaciones hindúes del amor:
C/B
B/C
B: +
C: OH-OH
B 60 + C 9 = BC69
C dá a B
y ya a ultimas fechas y mas desinhibidos:
B dá a C
“A” es cada vez menos que “C” para “B”. Pero mientras “B” no lo sepa, pues no pasará esto:
A = B- (XZ)
Sin embargo,
B + C = ¡Oh si + +!
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