Dedicado en su integridad a Frida Landa (my wife) con todo el corazón. Este blog está cerrado, disculpe las molestias :)

domingo, abril 03, 2005

El inventor de las aves.

No importa. De veras no importa Nina. Deja ya de pegar la oreja a las tablas astilladas. No importa quién sube al ático para quitarnos el sueño. No importa si es parte de la estructura de la realidad o del ensueño de nuestros peores dias. Todo tiene su gracia. Pero esto ha ido demasiado lejos. Un día, si Dios quiere, saltará por la ventana y lo veremos como estatua derrumbada en los tulipanes que han crecido salvajemente allá abajo, quien sabe si con la intención de hacerle sepultura.

No dejes que te quite el sueño y que dejes de planear lo que será de nosotros más tarde, cuando todas estas personas no nos importen y se muera quien tenga que morirse y no nos preocupe entender.

- A veces quisiera ser yo quien sube arriba para tener certeza de lo que pasa.

Dices así, frotando la palma de tu mano en la humedad a flor de tablas. Y me preocupa y no sé qué hacer. Fumar o andar dándole vueltas, inventando excusas a los rancheros locos de allá abajo.

-Diles cualquier cosa...

Pero, no puedo decirles nada. No quiero decirles. Quiero sacarte de aquí. Esto lastima, esta locura tiene que tener un fin. No puede carcomernos cada instante, cada parte de nuestra existencia...

-¿A donde vas?

-Solamente abajo, ya regreso.

La escaleras descienden a una casa vacía. Es domingo, deben estar en misa. El sol está más fuerte hoy. Me encandila. Es como si mis ojos estuvieran plagados de noche. Y fueran haciendo claros poco a poco como cucarachas de cocina al encender la luz. Los tulipanes te gustan, son la flor que eres tú nina. Voy a hacerte un ramo y a llevártelo, voy a sacarte de allí. Voy a alegrarte el día. Voy a mentirte.

-Soy yo. Nina, soy yo quien sube a acurrucararse entre palomas. Estoy loco.

Tu me ves llorando, desde el rincón más iluminado, con los dedos de las manos entrelazados. Estás llorando, de tu pecho se oye el respirar agitado de algo más pequeño. sonries.

-¿Sabes que miento verdad, nenita?
-Sí...

Un pichón revuelve sus alas entre tu pecho. Volteas a mirar la ventana, y tu sonrisa crece. El pichón se va volando torpemente por la ventana abierta y Allá abajo, el cuerpo de la abuela, desangrandose, sin las flores, tiembla.

2 comentarios:

Letras crocantes revival dijo...

Nina ya no debe preocuparse por lo que pasa allá fuera, que lo mejor lo tiene a su lado, siempre ;_;

Anónimo dijo...

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