Mamá quiero ser un soldado.
Cierto que nunca he tenido un espíritu muy bélico que digamos. Pero estuve pensando en lo bonito que debe ser tener algo porque luchar, algo por lo que te obliguen a luchar. Que el sonoro rugir del cañón te levante a combatir contra los malos de la película, los narcos, los zapatistas, los hippies, los nazis, las inundaciones, las gigantes mostruosas con serpientes brotándoles de la cabeza cual pelónpelorrico, y por supuesto, los extraterrestres que se atreven a invadir más allá del límite permitido por la Secretaría de Relaciones Muy, Muy Exteriores (SECREMMEX). Tener uniforme, empolvarse o desempolvarse si es que cae un repentino antidoping. Y todo eso, es lo que estoy considerando para mi vida de joven adulto: la milicia. Espero que la miopía y el escorbuto que me da el color verde no sean impedimento. Si no, para eso está la Marina. El azul marino siempre le va mejor al color de mis ojos. ¡Adiós mi rielera, ya se va tu Juan!
Estimadas lectoras:
Su corazoncito ya puede seguir soltar el moco (o la carcajada todo depende de cada una) porque ya salió el nuevo capítulo de Linda Rosa tiene un corazón de diamantes. Hagan click aquí y vuelen y vuelen y vuelen...
(La foto de Lennon es de Douglas Kirkland)