Dedicado en su integridad a Frida Landa (my wife) con todo el corazón. Este blog está cerrado, disculpe las molestias :)

miércoles, febrero 19, 2003

La Muerte de Clark Dingles

Clark Dingles, inexorable creador de Fantasías Mediterráneas obra cumbre de la marginal y poco reconocida literatura swing cuya primera edición fue condenada a las llamas en 1935, murió el pasado 18 de febrero del año 2003.

La muerte lo alcanzó a la edad de 90 años. Muerte que fue celebrada por el grupo religioso de ultraderecha Evangélico Sion, que desde su fundación engendró y cultivó el odio que su líder espiritual tenia por cada una de las páginas que publicara en vida Dingles: Jack S. McCormick.

Desde su primer y único plaquette de poemas Nada Mas hasta su biografía dada a conocer al público un día antes de su deceso Todo lo que dije fue todo lo que tenia que decir, inspiró a McCormick a literalmente orinarse sobre la mayor cantidad de libros que sus seguidores compraban en masa, para luego postrarse en el lugar mas concurrido del pequeño poblado de Calarivada en el estado de California. Miles de copias de títulos como El Corcel Invariablemente Cojo, La Boca de la Flor, Ascenso y Descenso del Sargento Evans, o No Puede Ser (Diálogos Mayéuticos), vieron su fin con chorro calido que sobre ellas caían, para luego ser quemadas con gasolina.

Calarivada es donde ha radicado desde siempre y donde presenta semana a semana sus argumentos a los que llama Sionisticas, donde depara toda suerte de improperios y maldiciones al gran retrato de Dingles que lo muestra consumido por una vorágine de serpientes de fuego. El famoso retrato fue pintado en 1966, por el artista plástico swing Joe Berkeley. El bizarro cuadro de 10 x 15 metros cuelga de la pared, detrás del pulpito central donde domingo a domingo a las ocho de la mañana, McCormick religiosamente repite su mantra de absoluto desprecio. He aquí un fragmento:

Dios dictó la Santa Biblia a los Hombres Santos, Alabado seas Dios
Jesús derramó su sangre para que fuéramos santos, Hosanna Jesús Cristo
Pero Satanás, despreciable ser, escupió a Clark Dingles, ser diabólico para que nos manchara con su tinta de fuego y dolor de los infiernos, Dingles ¡Dios te maldiga!

Obvia decir que a estas sionisticas la congregación, mayor a los mil adeptos, se extasiaba con gestos grotescos y lágrimas.

La Congregación fue creciendo conforme a la literatura dinglesana: treinta fueron sus obras y un millar de críticas y artículos publicados siempre en uno de los periódicos mas importantes de la Unión Americana: TheNewyork:NationalView.

Clark Dingles jamás mencionó ni una sola vez el nombre de quien fue y es su archienemigo Jack S. McCormick, ni en defensa propia. Ni siquiera en su biografía, la cual se convirtió rápidamente en best seller, escribió o sugirió una sola palabra que pudiera interpretarse como dirigida al Evangelico Sion.
Sin embargo se ha difundido un rumor por internet: Dingles moribundo pidió a su fiel esposa y reconocida crítica de arte, Sophie Horn, buscara la manera de comunicarse con aquella persona a la que alguna vez hubiera ofendido con alguna de sus acciones; Horn no dudo en llamar al lider de los evagelicos sionistas, quien contesto a sabiendas de que era El, el satánico Dingles, pues sabía que el número telefónico que registraba su máquina identificadora era de quien nunca le había contestado uno solo de sus retos a duelo, ni amenazas, ni insultos. Al levantar el teléfono y con voz altiva, dijo: “¡Soy Jack Stuart McCormick!” A lo que Dingles dijo: “¿Quién?” Hecho que, dicen, fue la causa de la embolia que le paralizó la mitad de la cara a McCormick. Se rumora tambien que apenas dijo el monosílabo, a las diez treinta y cinco de la noche, suspiró complacido y con una sonrisa en los labios, cerró los ojos y murió Clark Dingles.

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