Después de una corta espera y una larga ansiedad, desde el rumor en línea y luego de 2 y medio años desde que lo vi, llega el Morrissey al downtown de El Paso. Morrissey con su banda y su nuevo disco. Morrissey el de
Los Smiths. Morrissey el mexa-querido. Morrissey el atormentado. El papa quejumbroso. El confesor confesado. El ateo, el cristiano, el irlandés. El inglés para los ingleses. El Moz para los viejos conocidos. El que canta del box y del Jesús y chicas gorditas y en coma: algunas chicas son más grandes que otras. El que le canta a México. El que canta contra los U.S.A. pero enseguida le entrega el corazón -como haría cualquier enamorado. El amor es otro pretexto: la carencia, el rechazo, el no correspondido. Los amigos: al que le gusta quemar llanta, al que le dibuja un no-se-qué en el cuello. El enamorado de Pasolini, el James Dean que no muere joven. El italiano y el vintage. Oscar Wilde, Paris, ¿a quién más abrazar? A los que se dejen. A los que logren traspasar la barrera de los guaruras. A los que no tengan suficiente drama en sus vidas y estén dispuestos a pagar unos 45 o 50 dólarucos más la playerita, el disco autografiado...
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