El mundo puede terminarse ya.

Cuando todo sale perfecto. Cuando el tiempo, los boletos, el recorrido, todo, sale como estaba previsto, algo me dice que el mundo no anda bien.

Cuando por fin puedo volver al Jefe de jefes en vivo, de frente, cerca, a unos centímetros, hasta casi casi saludarlo, cuando puedo oirlo, cuando la banda enloquece con How soon is now? y por fin puedo tener uno de esos regalillos que dan los músicos (nunca me había pasado), cuando grito hasta quedar ronco con Crashing Bores y when i die I want to go to hell!

Cuando logro traspasar las barreras y algo me impulsa a hacer las cosas, sé que nada puede detenerme, que no hay miedo más grande, ni temor tán absurdo, que la luz esa que nunca se apaga.

Por supuesto que el mundo no puede andar bien, el mundo ha conspirado a mi favor para que Morrissey hiciera lo que sabe hacer, desde This Charming man hasta First of the gang to die y yo estuviera allí como lo planeé desde enero.

Por mí el mundo puede ya terminarse porque estaría sonriendo. Lo malo es que ya no quiero que termine. Quiero levantarme mañana y conspirar en favor suyo.

Favor con favor se paga.