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- si yo fuera un carpintero y tu una dama...
- te amaría de todos modos, tendría tu bebé...
- resguarda tu amor en la soledad, resguarda tu amor en la pena...
será que eso a lo que le dicen plenitud asoma su mirada fluorescente, que no me puedo dormir, o tal vez son tantos reclamos absurdos a la persona incorrecta los que acuden a mi cuerpo y aletean, de cualquier forma hay un estado de euforia incontenible que ya pronto, ya muy luego se estrellará contra la imposibilidad de agilizar el tiempo restante para el reencuentro, hay un reencuentro al final de todo esto, una reconciliación con el polvo galáctico, con el universo entero y con una princesa que no se conforma con lo que le corresponde y dinamita imposibles y cava en la desolación hasta encontrar la raíz de la luz, claro que es profundo y a veces el mito del infierno le quema la piel y toda la avalancha que le han venido echando encima desde el inicio de los tiempos los abyectos, los tarados y los estúpidos, terminan por aplastarla pero hasta el día de hoy no la han podido aniquilar
yo sería un guerrero si ella me lo pidiera, yo que no hago polvaredas, yo que camino sin norte trazaría una calle sobre un pantano
toda palabra es corta, toda metáfora y alegoría, todo símil,
ella duerme y seguramente mañana odiará lo de princesa
no voy a esperar al sol y al despertar, tal vez, esto ya esté escrito
y ella
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