como no hay música, ni metafórica ni literal, en mi lugar laboral tengo que imaginarme las cantos de mis voces favoritas
todas cantan bélicamente porque a la distancia comienza a tocar una marching band de niños y adolescentes
pienso que en toda batalla debe haber música y que una buena estocada merece su propio tema musical
el score que idealizo es para invocar al demonio y el tema principal es para apaciguarlo
mientras se sienta a lamer las sangre de las tripas, flores en el vientre y en la cabeza de los guerreros acaecidos
las fibras éléctricas de los nervios hacen buenas cuerdas y el vibrato es tan sublime que solo puedes oir las líneas que dibuja en la primera escarcha de la laguna
en mi cabeza ocurre que la batalla ha terminado y que de los cuerpos de los vencidos humea el incienso de la derrota
no hay música y todo ocurre en el silencio más doloroso, en la voz que la sangre ahoga en la garganta