Dedicado en su integridad a Frida Landa (my wife) con todo el corazón. Este blog está cerrado, disculpe las molestias :)

lunes, agosto 30, 2004

El Breve Fin del Mundo

LAS NUBES CONTINUABAN CAYENDO SOBRE LA PARTE SUR DE LA CIUDAD. LAS NUBES ENNGRECIERON PERO LO QUE ESCUPIAN ERA HIELO, HIELO BLANCO, MUERTO. DURANTE 20 MINUTOS EL APOCALIPSIS DIO UN AVISO: Y YO SENTI EMOCION. HE DE SER FRANCO: NO ME PUEDE QUE SE ACABE EL MUNDO, NO ME DA MIEDO, SINO EXCITACION. ALLA AFUERA, EN EL TECHO Y EN LAS CALLES EL DIULUVIO SE CONGELARIA, Y EL INVIERNO FUE EN AGOSTO. LA LAMPARA DE MI TRAGALUZ FUE DESTROZADA Y YO ESPERABA QUE LA CIUDAD ENTERA SE PARTIERA EN DOS.

CUANDO CEDIO EL TERROR QUE NO ME ATERRORIZO TANTO, FUI AL TELEFONO A LLAMAR A MI ABUELA. EN SU CASA,LA PARTE NORTE DE LA CIUDAD NADA, NADA, NADA SUCEDIO, NI UNA GOTITA.

EL MUNDO NO IBA A TERMINAR, SOLO MI CASA, SOLO YO QUE ESTOY A PLENA LUZ Y PLENO CORAZON CON EL AMOR DE MI NINA.

ENTONCES, TUVE MIEDO.

lunes, agosto 16, 2004

Elvis



El Comandante en Jefe apuntó el revolver despertador de rayos revitalizantes hacia la superficie de lo que parecía ser la abultada barriga de Dios. La misión consistía en comprobar si, efectivamente, la teoría del Científico Loco era científicamente cierta: El Espíritu del Rey abandonó Las Vegas para irse a dormitar sobre el Polvo de las Estrellas.

La nave era un azul Cadillac ´77. El Comandante en Jefe se parecía a Nicholas Cage. Y podía tocar discos de vinyl, a traves de su aparato respiratorio. Usaba la uña del dedo índice para zurcar la melodía. Su nombre era John Winston Lennon.

"Dios está vivo" fueron sus últimas palabras cuando un alto índice orgásmico lo hizo explotar, ser uno con El Rey, El Único.

sábado, agosto 07, 2004

Este ventilador apuntaba hacia a mi, me vió tan acalorado que se apiadó de mí.



y es que de noche también quema el sol. Allá en el cielo muy, muy lejano el sol arde. Y acá cerca, muy cerca dos arden más que el sol. Y al final terminan cantando Just Like Heaven.

jueves, agosto 05, 2004

Vive Henri Cartier-Bresson.



Fotógrafo de la humanidad, capturador de emociones, Cartier-Bresson atrapó la luz del beso en las batallas, la infancia ensuciada por el polvo de las posguerras. El blanco y negro que la vista en colores de la cotidianeidad no dejan ver al ojo común. Henri, testimonio de la infancia, de las personas y de los personaje, aunque su trabajo hizo de cada persona un personaje. Cada fotografía cuenta una historia personalísima: la que nos cuenta cada expresión, cada gesto, cada ambiente.

Henri Cartier-Bresson ha muerto. No el legado de los instantes que nos deja a quienes queremos ver la historia, tal y como no la cuentan los periódicos, y redescubrirnos parte de lo que siempre hemos sido parte y consecuencia: la humanidad misma.

Viva Henri!




05 de agosto de 2004

PARIS (AFP).— Henri Cartier-Bresson, uno de los grandes maestros de la fotografía del siglo XX, murió a los 95 años en la Isle-sur-la-Sorgue (Vaucluse).

Henri Cartier-Bresson, que iba a cumplir 96 años el 22 de agosto, murió el martes por la mañana en su casa “Le Clos” en la Isle-sur-la-Sorgue (sur de Francia). El entierro se celebró ayer, según fuentes de su entorno.

“Hacía varios días que ya no se alimentaba. Se debilitaba lentamente”, dijo la fuente.

Monstruo sagrado de la fotografía, tanto en materia de arte como de fotoperiodismo, al que entregó su nobleza y sus más bellas páginas, se impuso por un estilo intimista, siempre en blanco y negro, que lo convirtió en el maestro indiscutible de la escuela francesa de fotografía.

Desde la guerra civil española a la revolución china, de India al sur profundo de Estados Unidos, de Truman a De Gaulle, de Faulkner a Picasso, pocos acontecimientos o gigantes de la historia escaparon al lente de su Leica.

Fotógrafo humanista, siempre en sintonía con el objeto de sus fotos, aunque la composición rigurosa superaba a la emoción, Henri Cartier-Bresson, mucho tiempo reportero gráfico, fundó en 1947 con Robert Capa, entre otros, la agencia de fotos Magnum.

Nacido el 22 de agosto de 1908 en Chanteloup, al este de París, hijo de un industrial, estudió pintura tras suspender el bachillerato, antes de consagrarse a la fotografía. En 1931, publicó su primer reportaje gráfico profesional en la agencia “Vu”.

Recorrió el mundo y en 1936 realizó un documental sobre los hospitales de la España republicana. Llegó, incluso, a ser asistente del cineasta Jean Renoir.

Poco después se vio implicado personalmente en otra guerra, la Mundial: movilizado por el ejército francés, fue capturado por los nazis en 1940, y logró escaparse tres años más tarde, lo que le permitió ser uno de los que inmortalizaron con su cámara la liberación de París. Luego realizó su segundo documental, “Le Retour” (El retorno) (1945). Dos años más tarde, una exposición homenaje en Nueva York le lanzó a la fama a 39 los años de edad.

Desde entonces, Henri Cartier-Bresson se dividió entre reportajes, publicaciones y grandes exposiciones en el mundo entero.

Primer fotógrafo occidental admitido en la URSS en 1954, publicó ese año las “Danses de Bali” (Danzas en Bali) y “D’une Chine a l’autre” (De una China a la otra). A estos álbumes les siguieron una veintena de otros títulos. El más reciente, “Paisajes”, en 2001.

Su obra, preservada desde 2003 por una fundación en París que lleva su nombre, también es conocida en el mundo entero gracias a una veintena de exposiciones: París (1955, 1980, 2003), Nueva York (1974), México (1982), Tokio (1989), Roma (1990) y Zurich (1998).

Henri Cartier-Bresson, que siempre se había negado a disociar la pintura y la fotografía, volvió al dibujo en los años 1970. Recibió en 1981 el Gran Premio Nacional de Fotografía.

Copyright AFP 2004